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UNIDAD OFTALMOLOGICA - SAN BERNARDO
GLAUCOMA
El Glaucoma constituye la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo, después de las cataratas, aunque su detección a tiempo puede evitar el daño visual en un 95 % de los casos. Se estima que en nuestro país afecta a más de 340 mil personas, la mitad de las cuales no sabe que tiene la enfermedad, por lo que una visita anual al especialista, a partir de los 40 años es la mejor forma de prevención.
El glaucoma es una enfermedad multifactorial neurodegenerativa del nervio óptico y en la mayoría de los casos, ocurre por un aumento de la presión intraocular, lo que daña el nervio óptico y por tanto la visión.
¿Por qué se produce el Glaucoma?
Por el interior del ojo circula el humor acuoso, líquido transparente encargado de la nutrición de las estructuras internas del ojo. Tiene un sistema de producción y otro de evacuación: se produce en el cuerpo ciliar y se elimina en un sitio denominado malla trabecular, ubicada en el ángulo de la parte anterior del ojo. Si usted tiene glaucoma, el humor acuoso no fluye hacia afuera del ojo correctamente, lo que hace que la presión del líquido que queda en el ojo aumente y, con el tiempo, cause daños al nervio óptico y por ende a la visión.

Tipos de Glaucoma:
Hay varios tipos de glaucoma, aunque la forma más común (en un 90% de los casos) es el glaucoma de ángulo abierto que se produce cuando la malla trabecular se vuelve menos eficiente en drenar líquido y la presión intraocular aumenta. Otro tipo de glaucoma es el llamado de ángulo cerrado, que ocurre cuando el ángulo de drenaje de los ojos se bloquea abruptamente, lo que aumenta rápidamente la presión intraocular. También están el glaucoma congénito, el glaucoma de presión intraocular normal y el glaucoma secundario a otras enfermedades.
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Glaucoma Primario de Angulo Abierto:
El glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), la forma más frecuente de glaucoma, es provocado por la obstrucción lenta de los canales de drenaje, lo que produce un aumento de la presión ocular. Se desarrolla lentamente y provoca daños que en un inicio no se advierten. El glaucoma de ángulo abierto también se denomina glaucoma primario o crónico.
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Glaucoma de presión intraocular normal:
Existe un daño en el nervio óptico y en la visión en personas con presión ocular normal.
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Glaucoma de ángulo cerrado:
Ocurre cuando el líquido en la parte delantera del globo ocular no puede llegar al ángulo para salir del ojo, ya que parte del iris lo bloquea. Las personas con este tipo de glaucoma tienen un aumento repentino en la presión del ojo y los síntomas incluyen un dolor severo y náuseas, así como enrojecimiento del ojo y visión borrosa. Constituye una emergencia médica, ya que sin tratamiento médico para mejorar el flujo del líquido, usted puede perder la vista en ese ojo en uno o dos días. Generalmente, con un tratamiento rápido de cirugía láser o convencional, según el caso, y medicamentos, se puede despejar el bloqueo y proteger la visión.
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Glaucoma congénito:
Los niños nacen con un defecto en el ángulo del ojo que demora el drenaje normal del humor acuoso y tienen síntomas que se pueden notar fácilmente como los ojos opacos y de enorme tamaño, sensibilidad a la luz y lagrimeo excesivo. Generalmente, el tratamiento que se recomienda es la cirugía convencional porque los medicamentos pueden tener efectos desconocidos en los bebés y pueden ser difíciles de administrar. Si se realiza la cirugía a tiempo, estos niños generalmente tienen una excelente oportunidad de tener buena visión.
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Glaucomas secundarios:
Se pueden desarrollar como resultado de complicaciones de otras afecciones. Este tipo de glaucoma puede estar asociado con cirugía de los ojos, cataratas avanzadas, lesiones en los ojos, ciertos tipos de tumores o uveítis, entre otros procesos.
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Glaucoma pigmentario:
Ocurre cuando partículas del pigmento del iris se desprenden y bloquean la malla trabecular, haciendo que el líquido del ojo drene más lentamente.
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Glaucoma neo vascular:
Es un tipo de glaucoma muy severo que está relacionado con la diabetes o procesos isquémicos retínales.
Síntomas del Glaucoma:
Al principio, el glaucoma de ángulo abierto no tiene síntomas. No causa dolor y la visión se mantiene normal. Sin embargo, si el glaucoma no es tratado, las personas pierden lentamente su visión periférica y con el tiempo, la visión central también disminuye hasta que se pierde por completo.
En el caso del glaucoma de ángulo cerrado, de inicio abrupto, los síntomas y signos de un ataque pueden llegar a ser severos e incluyen:
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Visión borrosa
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Ojo rojo violáceo severo
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Dolor de ojos y dolor de cabeza extremos
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Náuseas y vómitos
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Aparición de halos alrededor de las luces brillantes
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Pérdida repentina de la visión
Detección Precoz y Factores de Riesgo:
Es de vital importancia diagnosticar el glaucoma en sus estadios iniciales, antes de que el paciente sufra una pérdida visual importante e irreversible. Por ello se recomienda, a partir de los 40 años someterse a una revisión completa de los ojos al menos una vez al año, especialmente si se tienen factores de riesgo.
Entre los factores de riesgo está la edad, ya que aunque esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, el riesgo aumenta a partir de los 60 años con una incidencia del 2,1% de la población, cifra que asciende al 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5% de prevalencia en este grupo etario. Pero, además, existen otros factores de riesgo que favorecen el desarrollo de la enfermedad, entre ellos:
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Presión intraocular alta
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Antecedentes familiares de glaucoma (entre el 20 y el 30% de los glaucomatosos presentan, al menos, un familiar afectado)
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Miopía elevada (mayor de 5 dioptrías)
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Hipertensión arterial
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Migrañas
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Golpes o traumatismos en el ojo.
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Diabetes
Exámenes de Detección y Evaluación:
Para su detección y evaluación posterior el paciente debe someterse a periódicas evaluaciones oftalmológicas que incluyen la visita al especialista y la realización de una serie de pruebas. Entre ellas:
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Medición de Agudeza Visual: Para medir su vista a diferentes distancias.
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Prueba del Campo Visual Computarizada o Manual: Esta prueba mide la sensibilidad de la retina central y periférica, y ayuda a determinar si tiene una pérdida visual en alguna de las áreas estudiadas que nos indiquen que estamos en presencia de un glaucoma.
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Tonometría Aplanática: Se utiliza un instrumento para medir la presión del ojo. Para esta prueba, pueden ponerle unas gotas para adormecer sus ojos.
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Paquimetría: Se aplica una gota en el ojo para adormecerlo y se utiliza un instrumento de ondas ultrasónicas para medir el grosor de la córnea. Con esta medición podemos valorar la presión ocular real del paciente ante situaciones extremas como córneas muy delgadas o gruesas, que pueden falsear el resultado del cálculo.
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Autorrefractometría: Nos permite determinar la refracción real del paciente. Sirve para la medición de vicios de refracción, agudeza visual y sensibilidad al contraste.
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Curva de Tensión Aplanática Ambulatoria: Para medir la variación de la presión intraocular durante el día, necesario en la pesquisa, diagnóstico y seguimiento de pacientes con glaucoma o con sospecha de tenerlo. Se toma la presión ocular 3 o 4 veces durante el día.
Tratamiento:
El tratamiento para el glaucoma principalmente es médico, con colirios oftálmicos. Luego, si no existe un buen control de la presión ocular, están la cirugía con láser, cirugía convencional o una combinación de estos métodos. Sin embargo, debido a las características de esta patología: silenciosa, devastadora y crónica, la mejor manera de evitar su impacto sobre la visión es con la detección temprana. Por ello, si usted tiene algún factor de riesgo debiera someterse a exámenes oftalmológicos completos al menos una vez al año después de los 40 años y, si ya le diagnosticaron la enfermedad, siga al pie de la letra las instrucciones de su médico.
Medicamentos:
Comúnmente los medicamentos, sea en forma de gotas para los ojos o de pastillas, se usan primero para tratar el glaucoma. Algunos hacen que el ojo produzca menos líquido, mientras otros ayudan a drenar el líquido del ojo bajando así la presión.
Como el glaucoma usualmente no tiene síntomas, algunas personas dejan de utilizar sus medicamentos, pero hay que recordar que el uso regular es muy importante.
Cirugía de Glaucoma:
La cirugía del glaucoma tiene como objetivo descender la presión intraocular, facilitando la salida del humor acuoso fuera del ojo, para disminuir el daño progresivo de las fibras del nervio óptico. Para lograrlo se abren nuevas vías de drenaje. La técnica tradicional es la Trabeculectomía, en la cual se extirpa un segmento del trabeculado (que es una pequeña rejilla por donde sale el líquido) obstruido. La perforación se cubre en su parte exterior con un colgajo de la conjuntiva, con lo cual el humor acuoso no puede salir a la superficie y se queda bajo la conjuntiva, donde forma una pequeña burbuja en la que se va reabsorbiendo.
La cirugía convencional es eficaz en un 60 al 80 por ciento para reducir la presión del ojo. Sin embargo, si la nueva apertura para el drenaje se obstruye, tal vez sea necesaria una segunda operación. La cirugía convencional es más eficaz si usted no ha tenido ninguna operación previa de los ojos, tal como una operación de cataratas.
En los casos más graves de glaucoma y en ciertas re-intervenciones se utilizan otras técnicas como el implante de válvulas que drenan al humor acuoso fuera del ojo o la destrucción de una parte del tejido en el que se forma el humor acuoso, ya sea con rayo láser o frío.

